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Lugar: Buenos Aires, Argentina

Dedicado a los luchadores en la guerra civil española y en la postguerra en defensa de un mundo mejor, aquellos que defendieron un gobierno legítimamente constituído. A través de estos tres blog difundiré testimonios que forman parte de nuestra memoria histórica, escritos sobre los derechos humanos en la Argentina , en España, en Latinoamericana, experiencias del exilio y sobre todo aquello en lo que pueda ayudar a través de la palabra escrita en pos de luchar contra el silencio y el olvido que se cierne sobre la sociedad española de hoy. autorizaron a su publicación. Inés García Holgado

martes, 11 de enero de 2011

Guerrilleros. Los maquis que lucharon tenazmente contra el régimen franquista resistieron especialmente en las montañas de Castelló. El premio Nadal de este año ha recaído en un libro sobre la figura del guerrillero Florencio Pla, conocido con el sobrenombre de "la Pastora".






Jordi Maura

castelló

Allá por el año 1936, cuando empezaba uno de los capítulos más oscuros de la historia de España, nacía también un grupo de guerrilleros que se sublevaron en los dominios del generalísimo. Eran los maquis, resistentes del bando republicano que, sabedores de la dura represión que Franco ejecutó tras la guerra, decidieron no entregarse y luchar en los montes. Estos revolucionarios también dejaron su impronta en tierras castellonenses. La novela de Alicia Giménez Bartlett ganadora del Premio Nadal los ha puesto de actualidad y ha despertado un nuevo interés.

En Castelló, el maqui más conocido fue Florencio Pla Meseguer (Vallibona,1917), también llamado Teresa Pla Meseguer, "la Pastora", ya que adoptó una segunda identidad femenina. El periodista José Calvo (Castelló, 1941) escribió una biografía sobre su figura, un libro que se ha convertido en referencia. Calvo asistió al juicio de "la Pastora", el año 1960 en Tarragona, y tuvo la oportunidad de entrevistar a Florencio Pla Meseguer en Valencia.

Florencio Pla fue confundido con una mujer como consecuencia de una malformación genital, de ahí que también se le llamase Teresa. El propio guerrillero se vistió de mujer y llegó a estar preso en penales de mujeres, aunque finalmente, en Valencia, fue recluido en una prisión de hombres.



Una malformación sexual

Una malformación sexual intrascendente para la cirugía quirúrgica del siglo XXI, observada al momento de su nacimiento en 1917, aconsejó a sus progenitores inscribir al bebé con el nombre de Teresa. Querían evitar indeseables burlas al tener que cumplir su servicio militar. Dedicada desde su tierna infancia al cuidado de ganados por los montes de Vallibona y el Turmell de Xert, fue creciendo con escasa relación social. La Pastora comenzó su relación con los maquis instalados en el 23 Sector, viéndose obligado a echarse al monte cuando supo de la detención de los propietarios del Cabanil, para los que trabajaba después de las destacadas muertes y detenciones que allí se produjeron. En aquel momento empezó a crearse el mito.

La historia se resiste a caer en el olvido y en varias escuelas se organizan en excursiones para rememorar sus vivencias. Este es el caso de un grupo de alumnos de secundaria que, acompañados de un vecino de Fredes que compartió el monte durante los años 40 con Guardia Civil, ganado y maquis, ha visitado el recóndito emplazamiento en el que estaba ubicado el campamento de Refalgarí.

Refalgarí era el campamento general del 23 sector. Fue descubierto por la Guardia Civil y asaltado el 24 de mayo de 1948, hallándolo desocupado pero requisando documentación. Por la noche, lo incendiaron. Los campamentos del AGLA más cercanos estaban en el Turmell (Xert) y en Vallibona, donde los maquis del 23 Sector se desenvolvían por estas zonas escarpadas y de difícil acceso. Sus integrantes, de ideología libertaria y comunista, llegaron a formar la agrupación guerrillera antifranquista más importante del PCE.



El poblado

El poblado tenía como únicos servicios el agua que suministraban dos pequeñas fuentes (o cocons como se denominan en la zona). Disponía de una cocina y otras cuatro habitaciones construidas con piedras, vigas de madera, ramas y tierra. Para llegar a él debían realizar largos desplazamientos nocturnos, no exentos de peligro, en los que coincidían con pastores, algunos de ellos casi niños. El recuerdo de los maquis persiste entre la población local de mayor edad. Algunos llegaron a conocerles.

"Recuerdo que estando en el monte con el ganado los perros empezaron a ladrar como locos. Aparecieron cinco hombres con armas, me dijeron que eran maquis. Fue el susto más grande de mi vida y también pasé dos noches de muchísimo miedo, de no poder dormir. Cogimos la caldereta de la cena y nos marchamos al Mas del Peraire por piernas. Nos dijeron que al día siguiente podíamos explicar que les habíamos visto", recuerda uno de estos pastores que guió la expedición. "Otra vez que estuvieron en Fredes con los únicos que se metieron fue con el alcalde y el cura, en el sentido que hicieron una comida en la taberna y les obligaron a ir a comer con ellos. Mossén Vicent incluso estuvo haciendo palmas y bailando sobre la mesa, pero no maltrataron a nadie", asegura.

Para respiro de Franco, la ayuda internacional que los maquis esperaban jamás llegó y su posición se desmoronó como los muros del poblado que habitaron en Refalgarí. Ya sólo queda el recuerdo y su memoria, por la que todavía se interesan algunos jóvenes.

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